Al estudiar muestras de hormigón romano, los investigadores americanos determinaron que las inclusiones blancas estaban hechas de varias formas de carbonato de calcio. Y el examen espectroscópico proporcionó pistas de que estos se habían formado a temperaturas extremas, como era de esperar de la reacción exotérmica producida por el uso de cal viva (óxido cálcico) en lugar de la cal apagada (hidróxido cálcico) en la mezcla. La mezcla en caliente fue en realidad la clave de la naturaleza súper duradera del hormigón
La cal ha sido desde la antigüedad un producto ampliamente utilizado en la construcción. De hecho, el mortero de cal es el único material usado en arquitectura que ha demostrado una permanencia de siglos, e incluso milenios, ejemplificada en las catedrales medievales y en las construcciones romanas.
En la actualidad la cal hidratada (Hidróxido de Calcio) continúa siendo parte integrante de materiales constructivos como: morteros preparados, pre-mezclas para escayolas, suelos mejorados, pinturas, asfaltos, etc.
La cal viva (Óxido de Calcio) se utiliza en la estabilización y mejora de suelos arcillosos durante la construcción de carreteras, vías férreas, aeropuertos, etc. En este campo de la ingeniería civil también ha quedado demostrado que la adición de cal hidratada (Hidróxido de Calcio) a las mezclas asfálticas para la construcción de carreteras permite la obtención de una mejor calidad en las mismas, y la reducción de sus costes de mantenimiento.
El Carbonato de Calcio Precipitado (PCC) se integra igualmente en materiales de construcción como los perfiles de ventanas de PVC, sellantes para la construcción, pinturas y recubrimientos arquitectónicos así como en diversos tipos de pavimentos sintéticos, gracias al conjunto de las propiedades que confiere y la calidad de los acabados que proporciona.